sábado, octubre 10, 2015

Adriano Celentano - L'emozione non ha voce

Lucio Dalla - Caruso

De cómo una araña se posa en el Programa de la Ópera Roberto Devereux

Cuando recogimos el programa en la entrada una enorme araña bastante siniestra presidía la portada del programa de Roberto Devereux de Gaetano Donizetti. Acostumbrados a los despropósitos o para ser más benévola oscuros significados de la escenografía operística pensé para mis adentros( a mi marido ya no le importa un pijo lo que digo) qué tendrá que ver la magnesia con la gimnasia. Venimos a ver una ópera de Donizetti no es el bel canto?.No vengo a ver Bertol Brecht. Bueno siempre concedo un amplio margen a estas rarezas y  me siento ilusionada a oír música más allá de los pantalones de cuero o los horribles corsés que tienen que sufrir los cantantes de ópera actuales.

Así que efectivamente en un escenario bastante oscuro y con un vestuario que en nada favorecía a los artistas se desarrollaba una hermosa ópera con la figura de Isabel de Inglaterra en este caso una soprano romana a la que habían colocado un imposible corsé y a un Roberto Devereux muy apuesto al que habían colocado unos pantalones de cuero bastante macarras . (Estamos en un musical de la Gran vía viendo Saturday´s Night Fever noooo estamos en el Teatro Real en una ópera de Donizetti. Sitúate bonita que tú enseguida te me despistas.) Y no, no me despisté, la enorme profesionalidad de los cantantes y la impecable dirección musical pudieron con eso y más. Una hermosa ópera de esas en las que mueren los buenos y triunfan los malos, llena de pasión, amor, celos y bajos sentimientos con unas arias al final de cada acto que quitaban el sentido triunfaron sobre la malévola encargada del vestuario.  Las pasiones humanas más sublimes y las más bajas entremezcladas, la complejidad de la naturaleza humana, el preciosismo del bel canto, la interpretación impecable (y la apuesta figura) de Ismael Jordi  hicieron de la ópera un disfrute inolvidable. Ah y en el tercer acto aparecía una enorme araña (de ahí la portada del programa me dije) que hasta me gustó y que fue lo mejor de la puesta en escena y allí encaramada la soprano romana nos emocionó hasta las lágrimas con su aria final.

miércoles, junio 10, 2015

Bubul Sharma , Mis Santas Tías




Una de las ventajas de pasear por la feria del libro de Madrid es la de descubrir autores y editoriales desconocidos  para el lector de a pie. En la feria entras en contacto con editores y libreros que cuándo ven que tímidamente coges un libro entre tus manos te aconsejan a las mil maravillas  y caes de inmediato en la tentación de aferrarte a ese libro y llevártelo a casa para empezar a leerlo inmediatamente y hacerlo tuyo venciendo la curiosidad que han despertado en ti.Así llegue yo a  la lectura de Mis Santas Tías  de Bulbur Sharma.
El libro rezuma exotismo, al principio entre sus páginas el europeo se siente algo incómodo porque sus protagonistas no son mujeres feministas ni revolucionarias al uso sino que se rebelan contra su realidad de manera sutil.
Las mujeres sometidas a vivir una vida que no han elegido asumen su destino  y responden con una rebeldía sorda como Mini la novia niña entregada en matrimonio a los 7 años y condenada a alejarse de su familia que encuentra a su marido otro niño asustado debajo de una cama huyendo de la azotaina de su padre. El libro cuenta con ingenuidad y ternura un mundo que se nos antoja lejano muy lejano en el que los valores de la cultura occidental no han penetrado del todo en la sociedad que sigue aferrada a sus tradiciones y creencias. El libro nos obliga a abrir nuestra mente poco a poco vamos trastocando nuestros prejuicios y cada una de las historias sin saber por qué nos hace sonreir , nos hace entender el mundo de otra manera. La autora posiblemente sin pretenderlo y ahí reside una de las claves de su atractivo nos abre los ojos a otro mundo que en toda su autenticidad y belleza  nos atrae y nos atrapa. El libro está escrito de una manera sencilla pero las historias tienen una originalidad, una frescura , una alegría que nos hace sentir como niños ante un cuento de hadas recién estrenado. Muy recomendado para viajar desde nuestro sillón Voltaire  en estas calurosas tardes de verano.
Sharma Bulbul, Mis Santas Tías, Nocturna Ediciones, 2011

lunes, mayo 18, 2015

NEOPRIMATES




No sé si la distancia que me separa del otro sexo es equiparable con la que los  antiguos intuían que se llegaba al finis mundi o con la que hoy esa serie de pijos desencantados de la vida intuyen que les alejara un carísimo viaje a Marte; el caso es que es una gran distancia : somos distintos y mucho.
Darwin, en su teoría evolutiva esbozó la idea del eslabón perdido una transición entre el primate, chimpancé propiamente  dicho y el homo sapiens que según los dibujitos de nuestros ya olvidados libros de historia natural se diferencian del mono solamente en que andan erguidos y en que algunos cuelgan de su cuello un pedazo de tela alargado que llamamos corbata y llevan en la mano un maletín con papeles y unas cuantas revistas pornográficas. Nunca queridas lectoras aparece en ese estudio evolutivo de la raza humana la hembra , porque las mujeres ya venimos andando derechitas desde bien pequeñas, y a la que nos descuidamos  no nos cuelgan del brazo maletines sino churumbeles berreantes y mocosos a los que tenemos que alimentar también a base de pasearnos con maletines pero subidas a unos interminables tacones de aguja que alejan cualquier sospecha de que procedamos de la mona chita. Las mujeres y los neoprimates no tienen más remedio que entenderse entre otras cosas porque ellos tienen la fuerza física y le encanta jugar a fabricar armas de destrucción masiva y cosas por el estilo que les mantienen  entretenidos cuanto termina la Liga de fútbol o se les acaba la cerveza.

No se quién inventó a Cupido porque para nuestra desgracia las mujeres vemos en esos neoprimates algo irresistible, algún halo de misterio y decidimos meter un espécimen de esa naturaleza en nuestras vidas y ahí empiezan todas nuestras desgracias. Ellos no ven más allá de sus narices porque su cerebro animal y no evolucionado se lo impide y al no expresar sentimientos o mostrar afecto o cariño las mujeres nos tenemos que inventar un personaje que sencillamente no existe. No querida, ese neoprimate que vive contigo no tiene la mirada interesante, ni el corazón apasionado, ni te regala bombones porque quiere pedirte perdón.  Todas esas atribuciones alegóricas son meras imaginaciones tuyas el neo primate  está cansado, está despierto , hambriento , erectus o flacidus  sin matices de melancolía, euforia, insatisfacción , spleen vital o sentimientos secundarios que puedan empatizar con los tuyos. Por eso las mujeres gastamos tantos kleenex en nuestras relaciones amorosas porque creemos que esos delicados sentimientos tengan eco en nuestra pareja pero eso no puede ser porque ese eslabón perdido carece de algún trocito de corazón o de lóbulo cerebral que genere esa complejidad en los sentimientos así de sencillo y si el neoprimate pertenece a la subclase hispanicus futbolensis ya ni te cuento.


De todas formas como por alguna razón de esas que Descartes decía que venían del corazón y que la razón desconoce, nosotras no podemos vivir sin tener un neoprimate a quien achuchar de vez en cuando. Valga esta pequeña lección de biología para consolarnos en los momentos en que nos sentimos decepcionadas. No desesperéis ni cambiéis de neoprimate  que cómo ya os decía vuestra madre  todos son iguales y no tienen remedio. Así que dejarle con su cervecita su futbol sus manías y cuando tengáis melancolía leer un buen libro de poesía o escuchar a Bach o salir y compraros un bolso muy  caro.







                                                                                                    

miércoles, enero 21, 2015

Berlín ciudad para caminantes


BERLÍN

Visitar una ciudad en invierno cuando ya la navidad ha terminado y en el hipotético día mas triste del año el llamado Blue Monday  parece que puede tener consecuencias nefastas para el turista. Mi hija ya me había anunciado  que Berlín no es una ciudad bonita pero sí diferente.
Cierto así es cuando llegas a Berlín desde Madrid el aeropuerto de Tegel parece más propio de cualquier otra ciudad que de la actual capital política del país más poderoso de Europa. Y con eso ya aprendemos algo del país quizás  tengan una economía saneada porque no han derrochado en grandes obras públicas y se conforman con un aeropuerto que sea útil y no un escaparate de lo que es la gran urbe que nos disponíamos a visitar.
Al bajar de la avión cogimos un taxi y nos dirigimos al apartamento que habíamos alquilado para cuatro días muy cerca del icono de la ciudad la puerta de Branderburgo.
La primera impresión aunque ya era de noche es que en Berlín todo es muy grande las amplias avenidas, los edificios los monumentos, los soportales son enormes uno se siente apabullado. La ciudad perdió su grandeur  y está reconstruida en su mayor parte pero conserva al menos  el gusto arquitectónico y urbanístico de la magnificencia aunque sea en el sentido estrictamente dimensional del término.
Los días que siguieron son los propios de un turista que no da  abasto recorriendo los museos donde nos fascinaron los  restos asirios , babilónicos y asirios.  También el turista curioso se une a la dolorosa historia de la ciudad y llora con las víctimas del terrible régimen nazi. La ciudad vierte sus lágrimas por sus víctimas sus berlineses judíos, eslavos, gitanos y homosexuales segregados, exterminados, torturados. Hay mucho dolor en sus calles y se respira en todas partes sin embargo también nos muestra su otra cara: la de una ciudad donde se experimenta el goce de vivir propio de una próspera capital europea: los teatros , las óperas, los restaurantes y la rubia cerveza que mana por doquier nos muestran ese otro lado amable, despreocupado  y acogedor.

sábado, diciembre 13, 2014

Chacona




Chacona

No más saetas amor
Ninguna más
Que en mi caduco y frágil cuerpo 
No hay lugar donde recibir tus flechas
Tú primer golpe fue mortal
Pero si al fin muero
Algún consuelo he de tener
Más de mil flechas de oro te habrá costado mi muerte