jueves, julio 28, 2016

La nueva picaresca


La novela de Felipe Benítez Reyes se inscribe en la tradición de la novela picaresca española. Una picaresca que el autor trae con soltura a la modernidad y sabemos del tiempo en el que se inscribe la acción por la música, las modas, la  base de Rota, la corrupción política y moral, el alcohol, las drogas, , los bares (qué van cambiando de nombre como el personaje), el amor, el sexo y ante todo la mirada de extrañeza del héroe ( o antihéroe) que parece no cansarse nunca de asombrarse por el turbio discurrir de los acontecimientos. El personaje es camaleónico suplanta a otros, cambia de identidad todo dejándose llevar y con la finalidad de sobrevivir a la adversidad a la que desde bien pequeño le ha puesto cara y ojos. La moraleja podía ser: la vida es cómo es la tomas sin aspavientos o la dejas. En el tercer tramo , el protagonista parece que tiene por fin una vida estable pero la enfermedad  se lo lleva . Ante su fin inminente este pelirrojo al que el lector ya había atribuido al menos  siete vidas, escribe sus  memorias y entrega el manuscrito a un autor local que él admira. Este recurso cervantino del manuscrito encontrado dota a la novela de una doble perspectiva simulada y vuelve a inscribirla en la trayectoria de nuestros clásicos. La novela es divertida, inteligente, ecléctica, tierna. El estilo está cuidado y el lenguaje de  una riqueza y una solidez que rara vez se encuentran en nuestra literatura actual. Una novela que llega para instalarse entre las grandes y  que retoma la tradición para hacer un certero retrato de la sociedad española en las últimas décadas que tiene mucho que ver con aquella del Lazarillo o el Buscón.