sábado, diciembre 13, 2014

Chacona




Chacona

No más saetas amor
Ninguna más
Que en mi caduco y frágil cuerpo 
No hay lugar donde recibir tus flechas
Tú primer golpe fue mortal
Pero si al fin muero
Algún consuelo he de tener
Más de mil flechas de oro te habrá costado mi muerte

viernes, marzo 07, 2014

Vargas Llosa y Panero

Ayer fue un día de intensas emociones literarias, por un lado a través de las redes sociales me entero de que ha muerto Leopoldo María Panero solo en un psiquiátrico y la noticia que se conoce de milagro a través de sus editores por otro asisto a una conferencia de una catedrática sueca sobre Vargas Llosa. 

La profesora sueca dice que leer a Vargas Llosa le produce malestar porque no se sabe si va o si viene porque crea mundos en los que los buenos son buenos y los malos son malos pero ¡ojo! hablando del Sueño del Celta le molesta que el autor muestre las inclinaciones sexuales del protagonista amante de efebos y jovenzuelos con quien intercambiaba favores sexuales a cambio de unas monedas. Por este motivo y de acuerdo con la political corretness que lo invade todo en este país, el protagonista ya no puede ser un héroe porque no se comporta adecuadamente en la cama. Vivir para ver, una que ya lo ha visto y lo ha oído todo en la España de Zapatero se queda un poco asombrada de tanta moralina. El autor señala en su libro "Un héroe no es un prototipo abstracto" hasta los héroes tienen su lado oscuro, sobre todo si como Roger Casement habita en el mundo real con sus contradicciones, sus tentaciones y sus debilidades. Vuelvo a citar el epílogo en el Vargas Llosa que cita a José Enrique Rodó "Un hombre es muchos hombres" y en eso nos diferenciamos de los dioses que estamos hechos de barro maleable y a veces sucio. Efectivamente, si la respetable profesora sueca hubiera escrito una novela sobre Roger Cásenme hubiera escrito otra novela muy distinta irreprochable desde el punto de vista de la moral laica que tanto gusta en estos países del norte hubiera sido quizás muy fiel a las fuentes y habría reflejado sólo los aspectos que no atacan los principios inquisitoriales de lo correcto. Roger Casement reciclando la basura y repartiendo inocentes caramelos a los niños indígenas y otras acciones encomiables por el estilo. Pero con todos mis respetos a la erudición y la sabiduría de la hispanista sueca Roger Casement viene del mundo de la moral católica irlandesa, tan alejada de los remilgos, tan contradictoria, tan llena de pasión y de sangre, tan comprensiva del lado humano de las cosas, tenemos la suerte de saber que el pecado forma parte de nosotros porque nacemos con él. Debemos evitarlo, rodear el peligro, esquivar las tentaciones pero sabemos que irremediablemente tropezamos y caemos y luego gracias a la misericordia somos generosamente perdonados siempre. Esta es la atmósfera cultural del protagonista y del propio autor Vargas Llosa y partiendo de ahí la novela puede cobrar otro sentido. Todos los autores pueden hacer lo que les de la gana con los personajes de sus novelas pero Vargas Llosa todavía más que para eso es uno de los grandes escritores de este siglo. Para eso está la literatura para crear malestar, para incomodar, para remover conciencias y saltarse todas las reglas.



Por otro lado una vez más asistimos con dolor ya no con sorpresa a la indiferencia de un país ante la muerte de un poeta que para su gloria fue expulsado de la antología de Castellet pero que se entregó a las palabras y a la poesía y recitaba de memoria a Ezra Pound y a otros muchos. Abandonado por todos por saltarse las normas muestra que nuestro país también margina, oculta y relega a aquellos que le estorban y se alejan de la moral al uso. No le perdonaron su locura. Pocos se acercaron a despedirle nadie del mundo oficial: no estaba entre sus votantes. Pero algunos de sus lectores ayer le envíanos una rosa roja a dónde quiera que su espíritu libre y atormentado.