domingo, enero 29, 2012

Darling speak low

Speak low Anne Sophie von Otter speak low


¿a que a todas nos gusta que nos hablen bajito y al oido?

Susurros sin lágrimas


Otra versión Billie Halliday

sábado, enero 28, 2012

la cofradía de los tísicos

La cofradía de los tísicos

Me gusta ver por todas partes pruebas innegables de la teoría de la conspiración llámese paranoia y es que sin duda encuentras a menudo que las fuerzas del mal se han aliado contra ti y quieren aniquilarte y si no súbanse una mañana en un autobús de la EMT y observen como estratégicamente el conductor pega unos frenazos monumentales cada vez que alguien ( a ser posible mayor, cojo o similar) se levanta para bajarse en su parada.

Pero dejando los problemas del transporte público a un lado me gustaría hablar de lo que podría llamarse la cofradía de los tísicos: alguna mano negra despiadada amante del Heavy , el Reggaetón o la música House ha reclutado por Madrid a personas con problemas respiratorios, personas profesionales para toser en momentos determinados, profesionales en la compra y desenvoltura de caramelos envueltos en celofán especialmente ruidoso y siempre como en todo espectáculo una superestrella , cofrade mayor, a la que se le dispara el móvil cuando el violín se dispone a ejecutar un pizzicato especialmente delicado o comienza el andantino de la sublime séptima sinfonía de Beethoven. Estas personas sin duda lideradas por algún integrante del lado oscuro se las arreglan para acudir a los conciertos y boicotear la audición y el disfrute de los tímidos espectadores que no nos atrevemos,por respeto y reverencia a la gran música a removernos en nuestros asientos. No podemos hacer nada, si osamos mirarles suplicantes para que desistan en sus carrasperas, ingestión de caramelos, destape de botellas de agua … o cualquier otra jugarreta te miran desafiantes y tosen con más fuerza si cabe. Por eso a los demás sólo nos queda callar o ignorarlos ; rezar para que en el reino de los cielos cuando por fin descansemos en paz no nos disturben los coros angélicos, las cantatas de Bach, los oratorios de Haendel o Vivaldi allí seguramente no llegarán sus toses perfectamente orquestadas y programadas. Hasta entonces seguiremos viendo como sin ir más lejos Barenboin antes de iniciar su magistral ejecución de la cuarta de Bruckner se volvió al respetable y sugirió el uso de pañuelos.