La
novela de Felipe Benítez Reyes se inscribe en la tradición de la novela
picaresca española. Una picaresca que el autor trae con soltura a la modernidad
y sabemos del tiempo en el que se inscribe la acción por la música, las modas,
la base de Rota, la corrupción política
y moral, el alcohol, las drogas, , los bares (qué van cambiando de nombre como
el personaje), el amor, el sexo y ante todo la mirada de extrañeza del héroe (
o antihéroe) que parece no cansarse nunca de asombrarse por el turbio discurrir
de los acontecimientos. El personaje es camaleónico suplanta a otros, cambia de
identidad todo dejándose llevar y con la finalidad de sobrevivir a la
adversidad a la que desde bien pequeño le ha puesto cara y ojos. La moraleja
podía ser: la vida es cómo es la tomas sin aspavientos o la dejas. En el tercer
tramo , el protagonista parece que tiene por fin una vida estable pero la
enfermedad se lo lleva . Ante su fin
inminente este pelirrojo al que el lector ya había atribuido al menos siete vidas, escribe sus memorias y entrega el manuscrito a un autor
local que él admira. Este recurso cervantino del manuscrito encontrado dota a
la novela de una doble perspectiva simulada y vuelve a inscribirla en la
trayectoria de nuestros clásicos. La novela es divertida, inteligente,
ecléctica, tierna. El estilo está cuidado y el lenguaje de una riqueza y una solidez que rara vez se
encuentran en nuestra literatura actual. Una novela que llega para instalarse
entre las grandes y que retoma la
tradición para hacer un certero retrato de la sociedad española en las últimas
décadas que tiene mucho que ver con aquella del Lazarillo o el Buscón.
1 comentario:
Cierto. No sabía loq ue me iba a encontrar detrás de este libro, y fue una magnífica sorpresa
Me encantó
Besos
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